sábado, febrero 07, 2009

Vida & Poesía IV



Los Maestros están ocultos en todas las partes, en todos los hombres, en todos los aires, en todo aquello que nos hace sentir. Los Maestros son espejos gratuitos ante los cuales nos evaluamos, nos corregimos y nos comprendemos. La sonrisa del mendigo puede ser un gran maestro, el caminar incierto de una hormiga extraviada, la actitud indebida del jefe, la deslealtad de un compañero o el silencio noble de otro. Nada es en vano. Cada alegría y cada desencanto cumplen con enseñarnos lo que, de nosotros, todavía no se desvela.

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