miércoles, enero 26, 2011

Palabras


Primero la de Dios, quizás siempre la de Dios.
La palabra Santa es el prado,
y las nuestras son libélulas que se regocijan.
Los poetas saltamos de flor en flor,
de brisa y brisa, de gota en gota.

Pensamos que repetimos algo, que reescribimos.
Todo está dicho y resuelto, en lo alto y en lo bajo,
están los versos perfectos.

¿Qué título nos guía más que un primer rayo de sol?
¿Qué estrofa puede ser más dulce que un parral?
¿Qué coma entrega más respiros que un eucalipto?
¿Qué punto final puede estar mejor puesto que un nido en primavera?

No hay comentarios.: